lunes, 12 de abril de 2010

Sentada en mi Sillón...

Tangerine - Led Zeppelin

Esta tarde me siento nostálgica.

Tengo 17 años y faltan meses para que cumpla años. Estoy en el último año de secundaria y sé que mi vida aún no empezó. O bueno, el tipo de vida que se vive cuando uno es dueño de uno mismo, cuando tiene responsabilidades y se convierte en adulto.

Los tres primeros años de secundaria lloré como nunca, patalee, tuve tres intentos de suicidio, dos amores no correspondidos, no me integré en un grupo, me pelee con las pocas amigas que tenía y me quedé completamente sola. Me saqué muchos unos, me pelee con profesores, fui a dos psicólogas, estuve a punto de repetir un año escolar y fui muy miserable.

El cuarto año fue mejor, lo saben, ¡qué va! Conocí gente, tuve mi tercer psicóloga (la más efectiva, y aún la tengo), leí muchísimos libros, me afiancé a un grupo de amigas que me quieren y me respetan, me alejé de mis antiguos demonios hasta que mi amor/odio por ellos se disolvió hasta convertirse en una total indiferencia, estudie química (¡!), me llevé sólo una previa, me reí mucho, lloré menos, me enamoré otra vez. En fin, salió el sol, o por lo menos amaneció el día con distintos colores.

Y ahora estoy en quinto año. Estoy por terminar secundaria. Estoy en el borde. Tengo tareas que hacer, fiestas a las que asistir, alcohol que probar, tengo que reírme, tengo libros que leer y labios que besar.

A pesar de que sufrí bastante y me reí menos, extrañaré la secundaria. La volvería a hacer, aunque piense que esté lista para la siguiente etapa. No puedo evitar sentirme… vieja jaja. Siempre recordaré con amor cada instante, incluso los malos, por todos ellos me formaron y hacen de mí lo que soy: por eso soy híper-sensible: no importa cuántas veces vea Orgullo y Prejuicio, SIEMPRE lloro cuando Lizzy le da el Sí a Darcy, por eso soy idealista en el amor: quiero tener todos los hijos que pueda mantener y dichosa concebirlos con mi marido, por eso me gusta leer: en mis tiempos de soledad los libros fueron mi compañía, mi consuelo y ahora no puedo soltarlos.

Por todos esos momentos, que formaron mi adolescencia soy Yo.

domingo, 4 de abril de 2010

“Un sms vale centavos... pero sabés cuánto vale uno tuyo para mi?”

Hoy daba vueltas por Facebook, hablaba con amigas, miraba hermosas fotos de Zachary Quinto (mujeres: es comestible, así que ¡Google Imágenes!) Hasta que me encontré con un grupito que despertó mi interés: Un sms vale centavos... pero sabés cuánto vale uno tuyo para mi?

Sinceramente, para mí, los celulares son un estorbo: me hacen un huevo en el bolsillo delantero del pantalón porque no uso bolso ni cartera (¿sólo para un celular? no señor), hay que cuidarlo mucho, vienen cada vez más caros, en fin… Los considero con más contras que pros.

Aunque… no siempre es así.

Hay veces en que no puedo sacármelo de la cabeza, hay veces en que está anexado a mi cuerpo, hay veces en las que estoy casi arrodillándome y rezando para que haga ese sonido, el sonido más hermoso del día, ese “brrrrdddd” que hace cuando vibra. Cuando trae buenas noticias. Cuando trae sonrisas.

Al ver este grupo, pude ver que hay personas que piensan lo mismo.

Hay tanto odio en el mundo, tanta crueldad… Hay seres humanos que complican tanto las cosas… Pero hay otros, que con mandar unas simples palabritas de amor hacen tanto por otras, crean, hacen cosas increíbles en el alma del otro...

Hay tanto odio, y en este grupo, en esta tontería cotidiana que es esta red social leí cosas como estas: me hace tan feliz cuando me llega un sms tuyo amor!”, “no te tienen precioo!!!! :D”, “alegra la vida el alma y es todooo....,q te pregunten si estas bien??ahyy mi vidaa,te amo♥♥♥...”, I M P A G A B L E ! y son los que me alegran la vida...”, “DARIA MI VIDA X UN MSJ TUYO MI AMOR !”, “y sigo esperando tu msj... eres mi vida.... no lo olvides princesita!!!”

Esas cositas, de alguna forma me dan esperanza; me dicen que hay amor en todas partes y que, cuando me siento sola, cuando pienso que no hay de ese tipo de amor para mí, me alivian y me recuerdan que para todos hay uno, que hay alguien que los espera, que habrá alguien con quien compartir mensajes de texto, risas, afecto…

Tan pequeño y tan simple es un mensaje, y sin embargo hacen tanto en el corazón de quien lo recibe ¿verdad?

Yo lo creo así.

jueves, 1 de abril de 2010

La Adolescente Perfecta

"Soy insegura.
Me siento sola.
Las chicas no me integran, no me puedo integrar.
Se ríen porque soy diferente.
Digo que estoy bien para que no te preocupes mamá.
Me esfuerzo para integrarme pero aún así no puedo.
Tengo que salir a los boliches y fiestas.
Tengo que emborracharme.
Tengo que ser delgada.
Tengo que conocer más gente.
Tengo que chaparme chicos, muchos chicos.
Tengo que hablar como ellas.
No tengo que leer tanto.
Tengo que aparecer en cuantas fiestas sea posible.
Tengo que tener contactos, muchos.
En lo posible, tengo que tener sexo.
Tengo que hacer más chistes con un humor adaptado al de ellas.
Tengo que lograr que los chicos me quieran.
Tengo que tener más amigos varones, si o si.
Tengo que conocer de cumbia y reggeaton.
Tengo que ser más linda.
Jamás escuchar música antigua y mucho menos opera y música clásica.
No tengo que ser inteligente.
Tengo que usar ropa de marca y muy cara.
Tengo que mirar los programas de televisión que ellas quieren que vea."
Tengo que dejar de ser yo...


Basta.