martes, 27 de enero de 2009

Mujeres de Arena

Parte 3

15 de Abril de 1821
-Londres-


El húmedo clima de Londres entraba por la nariz de Evelina Merton, de 16 años de edad. Estaba nublado; la última vez que había sido un día soleado, según la buena memoria de Evelina, fue el primero de abril. Si, ese día había comido un poco de jamón que había encontrado tirado en el césped de un parque de Picadilly Circus.
El centro, dónde se concentraban las mujeres de la aristocracia y los hombres de negocios, era donde estaban las oportunidades. Había dejado de mendigar hace tiempo… Cuando descubrió que meter las manos en bolsillos de un despistado dejaba más ganancias y daba más posibilidades de seguir sobreviviendo…
A su madre, Adalia, no le hubiera gustado que robara pero ¿desde cuando robar estaba mal? ¿No estaba mal también que un hombre, soldado de la Armada, la hubiera violado y luego asesinado? Si, por supuesto que ambas cosas estaban mal, pero no sentía culpa, no desde que tenía nueve años. Ese mismo día se cumplirían once años desde la muerte de su madre... Y ese mismo día era su cumpleaños.
Y el clima de la ciudad, junto con la realidad se le habían impregnado en los huesos y habían calado en su corazón y en el centro de su alma, convirtiéndola en un ser desconfiado y astuto. Siempre sobreviviendo… Dejando a un lado sus pensamientos observó salir del banco central a un hombre muy buen vestido que se dirigía a un carruaje de cuatro caballos. Ese hombre debía tener mucho dinero. Era alto, corpulento y su espesa barba tapaba la mitad de su cara. Parecía un hombre de cuarenta, como mucho, calculó ella. Era imponente y podría romperle el cuello a Evelina sin dificultad pero a ella no le importaba. Tenía demasiada hambre y no había podido ganar algo en un tiempo…
Percibió la cena de esa noche y el almuerzo del día siguiente cuando el hombre guardó en su chaqueta un reloj de oro. Dispuesta a robarle el objeto simuló una ceguera y se chocó con el hombre. Un rápido movimiento y el reloj brillaba en su mano pero algo había salido mal. Otra mano que no era suya le tomó el brazo con mucha fuerza.

“¡Maldita ladronzuela!” susurró el hombre “¡¿Pretendías robarme?! Pues te equivocaste de hombre, mocosa. Verás cómo te castigaré…” Y el hombre la empujó dentro del carruaje, el cual comenzó a avanzar ante una señal del corpulento hombre al cochero. Aterrada, pero sin perder la compostura y comenzar a gritar, Evelina trató de zafarse pero el hombre la retenía por los brazos.

Sólo Dios sabía que le iba a hacer ese hombre. No estaba dispuesta a pedir misericordia, era demasiado orgullosa para eso.
“Ah, muy bien, mocosa… Dime: ¿Cuántos años tienes? Pareces muy crecidita pero no lo suficiente, niña.” Dijo el hombre. Evelina creyó escuchar mal porque sus palabras se habían dulcificado. Le hablaba como un padre le hablaba a su hija. Estaba claro que ese hombre era un degenerado y que pretendía cosas de ella que no estaba dispuesta a darle. Corroboró otra vez si era posible un escape pero el hombre, como si estuviera leyendo sus pensamientos le bloqueó la puertita del coche con un brazo y movió la cabeza en señal de negación pero con una extraña sonrisa. Evelina estaba en líos… Y en unos muy grandes.

“¿Eres sorda o qué? Te hice una pregunta” le dijo dándole toquecitos bruscos en la cabeza a la niña.
“No soy sorda”
“¡BIEN! Contéstame”
“Tengo 16 años”
“¡Oh! Eres bastante crecidita, como lo supuse. Toda una ratita de la calle… Asé que… ¿te ganas el pan robando?”
“Si”
“Ladronzuela. Me pregunto si eres más astuta o sólo haces estos pequeños robos para pagarte cada cena. Espero que tu intento conmigo haya fallado sólo porque yo soy muy listo, no quiero pensar que haces estas estupideces para ganarte la vida y que además no salen bien…”
“Estoy sin hogar desde que tenía cinco años”
“¿Y robas chucherías desde entonces?”
“Desde los nueve”
“Toda una trayectoria… Mira: yo puedo ayudarte. Yo puedo hacer que no pases más hambre…”
“No me acostaré con usted” dijo Evelina adivinando la propuesta pero el hombre se carcajeó tanto que le salieron lágrimas.
“¿Piensas que eso pretendo? ¿Acostarme contigo? Jaja, ¡tonta! ¿Para qué querría acostarme con una flacucha e inexperta niña de 16 años cuando tengo un harten de prostitutas que saben como hacer esa clase de trabajos? No, no. Niña boba… Quiero que seas mi aprendiz: ten enseñaré las artes de la estafa, tretas, artimañas, trucos, todo. Si, soy ladrón, también. Percibo eres sagaz y un don en ti. Si has sobrevivido tanto tiempo así debes ser buena en eso, sólo que no sirve conmigo. Yo puedo ayudarte, pequeñuela…”
Evelina desconfiaba. Era extraña esa propuesta. ¿Un ladrón buscando aprendiz? ¿Para qué?

“¿Y qué ganaría usted?” preguntó ella. Eso hizo reía al hombre. Quizás estaba ebrio.
“Desconfiada… entiendo. No todos los días recibes propuestas así ¿verdad? Te diré la razón: soy estéril. ¡Si y no te rías!” gritó cuando ella comenzaba a fruncir la boca para contener las risas. “No soy capaz de tener un hijo propio, un heredero a quien otorgarle mis conocimientos y mis bienes cuando ya no camine por esta tierra mugrienta y no puedo dejárselo a cualquier rata caza-fortunas. Te enseñaré lo que sé -que es mucho- y si das buenos resultados y respondes correctamente, te nombraré mi heredera. Además, nunca se sabe cuando mis enemigos podrían acabar conmigo, no digo que sea fácil, pero siempre hay posibilidades de morir por un disparo. Y que mis enemigos se queden con mis riquezas… JAMÁS”
“¿No tiene un socio?” inquirió Evelina.
“No, no tengo. Te lo digo muchachita: tiene algo especial, algo que no veo con los hombres con los que trabajo. Escúchame: te adoptaré como hija; no pasarás hambre y no temas que te viole por las noches… me gustan jóvenes pero no tanto. Lo juro por mi difunta madre…”
Evelina pensó que aquel lascivo hombre decía la verdad. También pensaba que había tomado una cantidad considerable de licor como para proponerle a una huérfana callejera y sucia una proposición de tal índole pero pensó que podría sacarle cierto provecho a la situación. Se imaginó como una gran ladrona, el terror de todos los seres humanos, poderosa, con riquezas incontables y un gran barco pirata. No tenía nada que perder…

“¿Qué dices, piojito?” le preguntó el hombre.
“Acepto” dijo Evelina, extendiendo la mano.
“¡Amén, Reverenda!” dijo el hombre sorprendido por la fuerza con que Evelina apretaba su mano. Iba a caerle bien esa niña. Ya le había surtido efecto su encanto.
“Por cierto… ¿Cómo te llamas?” preguntó el hombre.
“Evelina… Merton. ¿Y usted?”
“Richard Berry, a tus órdenes Evelina Merton”

7 comentarios:

Nay Tiyi dijo...

Un golpe de suerte, no? =)

Espero la continuación Iris!!

Hoy hice orden en mi cuarto y cambié todos los muebles de lugar. TODOS.
Estoy agotada, pero por suerte no hizo tanto calor

Un beso enorme!!! ^^

Lore dijo...

Habra q ver las consecuencias que traera para Evelina esta nueva vida (por asi decirlo), estare pendiente por la continuacion...

Att.

Lore

Nay Tiyi dijo...

Sabes que yo también siempre soñé con ir al Valle de la Luna?
Amaba los dinosaurios y la historia desde chica (Consecuencia: Voy a estudiar historia en la universidad xD) y estar en ese lugar... Pisar la tierra que pisaron los más antiguos de todos los dinosaurios del planeta. Es algo tan magico que me faltan palabras.
Después en el museo del parque no explicaron como hacian las busquedas paleontologicas y había recosntrucciones de los animales.

Espero que puedas hacer el viaje. Sin importar cuántas fotos veas, estar ahí es una experiencia que no te vas a olvidar nunca.

Quedo re lindo mi cuarto, jeje ^^

Como va todo?
Hacemos la danza de la lluvia? =)


Besotes

Nay

Nay Tiyi dijo...

Claro... pero como paramos de danzar la lluvia duro unos 5 minutos como mucho xD

Tenemos que ponernos las pilas y hacer una danza mas elaborada... ¿Y si nos disfrazamos?
Jajaja

Vi Batman y amé a Heath Ledger (me volví a deprimir como cuando me enteré de su muerte) y ahora me dispongo a ver el curioso caso de Benjamin Button.

¿Como disfrutas las vacas?

BesoS!!

Nay - Dispuesta a bailar bajo la lluvia para que esta continue

Nay Tiyi dijo...

Son las 3 de la mañana y acabo de terminar de verla... El curioso caso de benjamin button.
No era lo que esperaba, era mejor... y lloré en el final como hace mucho no me pasaba con una película.

Y Brad Pitt actúa muy bien.

Si podés mirala.


No llovió más hoy... creo que hay que bailar bajo la lluvia ^^

¿Aprovechando las vacas o tenés que rendir algo?

Un beso enorme Iris =)
Nay ^^

Anónimo dijo...

Hasta los sábados puedo actualizarme con todas uds :(

Bien, vaya suerte!!! xD Pero como siempre he venido diciendo, que Evelina no sea tan confiada...

Espero la continuación, como las demás historias!

kaho dijo...

Me ha encantado hasta donde vas *-*
Lo desenvuelves en una temática dura... algo medio innovador por estos lares xD

Estaré pendiente de como sigue

Te Cuidas
^^