En las afueras de la ciudad hay un bosque; enorme y frondoso. De día es desolado ya que nadie suele ir ahí sin ninguna razón. No tiene pájaros ni conejos, sólo los gusanos de la tierra, murciélagos, polillas y en temporadas, algunas luciérnagas.
Los seres humanos abandonaron ese lugar y permanece virgen salvo por algún indigente que duerme ahí, entre otros…
Todas las mañanas se despierta entre bruma o niebla, casi parece un pantano. De noche es el escenario perfecto para una historia de terror. Y además, escenario de algunos crímenes como violaciones y asesinatos.
En resumen: es un lugar peligroso.
Los árboles son negros y sus hojas opacas y nunca se ve el cielo azul, sino una versión blanca, lechosa y llena de humo de las fábricas de su periferia.
Todos le temen a ese lugar espantoso (¿y quién no?) pero hay quienes se animan a desafiar la oscuridad del bosque: apuestas y reuniones al fuego son las principales razones de la aparición de adolescentes en este desolado terreno. “Inconcientes” y “jóvenes” son las explicaciones que dan las personas que nunca han ido ahí…
Ritos para entrar en grupos exigen pasar una noche ahí y en Halloween se organizan fogones para contar cuentos y alcoholizarse hasta olvidar en dónde se encuentran. Incluso – por más extraño que parezca- es un punto de encuentro para los amantes:
-¿Vamos al bosque?- pregunta él.
-¡Pero es horrible!- protesta ella.
-¿Tienes miedo?- la desafía el.
-¡No! Por favor… si es un bosquecito estúpido.- dice ella, incapaz de admitir su miedo.
Algunos romances llegan ahí porque no pueden encontrarse en otro lado y el peligro y la oscuridad del bosque los abriga.
Es una forma de alejarse del mundo, de relajarse y dejarse ir en ese vacío rincón de soledad. Mientras que en la ciudad la gente corre, en el bosque todo transcurre lentamente, deslizándose como una serpiente en el tiempo, decadentemente y con olores a tierra, humedad y pasto.
Los amantes inconcientes, jóvenes e inexpertos se dejan llevar, tirados en el suelo, entre luciérnaga y mariposas grises. Corren entre las columnas de los árboles riendo, bailando y gritando; jugando como ninfas y faunos en esta naturaleza que se pudre y que luego se regenera.
Únicamente se escuchan los ecos de sus voces y el bosque no revela a la ciudad que entre sus arboledas juegan estos faunos y ninfas.
1 comentario:
La cancion de turno esta vez que me inspiró a hacer... esto, es "stripped" de Shiny Toy Guns
Es interesante como las canciones hacen un cuento en tu cerebro =)
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