martes, 27 de julio de 2010

Inferior

¡Dios! Soy tan cobarde. Tanto que lo que debería decirte lo escribo en una página anónima para que cualquiera lo lea, menos quien tiene que leerlo.

Pero en fin, es catarsis.

No puedo decirte todo esto. No se puede. Estas triste y estás enamorado de otra. Pensando esto bien, soy lo opuesto a quien amas. Totalmente.

Yo me estoy enamorando ¿sabes? No quería. Fue una imprudencia, una tontería. Está mal. Debería ser un error. Pero yo no lo siento así.

Sos tan tonto. Me enamoré de un tonto. ¿Por qué no te queres? ¿Por qué te odias? Me enfurece tanto escucharte decir eso. Si vieras… Si supieras… Si ojalá pudieras verte con mis ojos. Te amarías como te amo yo. Tonto.

Pero así como vos sos un tonto, yo también lo soy. Tanto por mi imprudencia como por ser similar a vos. No debes saber nunca que te amo. Nunca. Porque yo soy inferior, yo no merezco quererte. No tenes que saber nunca que te amo. Afortunadamente sos tan ciego que no ves las señales que inconscientemente te doy. Podré superarlo. Lo superé antes y lo lograré otra vez. De eso puedo encargarme yo. Pero no debes saberlo, nuestra amistad moriría, no me hablarías más y puedo conformarme con eso, con eso soy feliz. Además no me mereces. Mereces una Reina, alguien que esté a tu altura. Dirías que la perfección no existe pero entonces alguien que esté lo más cerca posible de ella. Nadie merece más que vos. Y no mereces menos que eso. Yo… no alcanzo ese nivel. No puedo llegar a él. Por eso mismo nunca debes saber, lo mucho que te quiero. Lo mucho que te adoro. Mereces algo mejor que yo. Yo no soy suficiente.

Una parte de mí muere por decírtelo. Pero es cuando tengo que educarme y proteger esos sentimientos que tengo que erradicar, protegerlos de quien los genera. Tengo que ser fuerte, tengo que contenerme de decirlos. Es mi misión.

Porque mereces más que yo.