viernes, 30 de enero de 2009

Premio Symbelmine


Abro el blog y me encuentro con una entrada de mi amiga nay... y oh! sorpresa! reciví un premio! 
abro el blog y me encuentro con OTRA entrada de lore... y oh! sorpresa! reciví OTRO premio! 

No me es posible expresar lo que se siente cuando alguien recive una mención así, ya se que no es ningun Oscar o premio Nobel, pero es un reconocimiento y es suficiente para hacer levitar al alma. Quizás suene como una estupida y no me importa por que estoy más que acostumbrada pero deben saber de qué hablo: somos escritores. Todos. No importa con cuanta frecuencia escribamos, siempre hay algo que decir, algo que relatar, algo que contar. Más allá de que escribimos por que nos gusta, porque nos entretiene y poruqe le damos rienda suelta a la imaginación es imposible negar el placer y lo gratificante que es cuando alguien lee tu trabajo o cuando alguien dice "tenes talento", eso vale mil premios, y es lo más valioso para mi. 
Agradezco mucho a Nay y a Lore que pensarón en mi blog a la hora de elegir =) 
AAAAH me puse emotiva... en fin... xD

Bueno... ahora, los blogs =D

-  El blog de Ann: "Angel, Fenix o Vampiro?" por sus comentarios y por la forma en que me alienta a seguir escribiendo. Tambien por su historia -la cual recomiendo- que es muy entretenida. ^_^

- "Perfect Simmetry", de Miky definitivamente tiene que estar en la lista. Fue una de las primeras que comentó en mi blog y realmente estoy muy agradecida por su entusiasmo que es contagioso jaja xD además de que muchos de sus post saben como arrancarme una sonrisa...

- Un blog que me atrapó con su historia -a pesar de estar ausente hace un tiempo- es el de "Realismo y algo más" de Mefisanry Loux.

- La fiel Nay su "Calambres del Alma" no podían faltar. Porque compartimos un amor por Lestat (aunque creo que ella lo ama más que yo) y historia que no puedo esperar para la próxima parte. Y por sus comentarios que son muy graciosos. 

- Quiero agregar a las chicas de "Twilight Angels", Sukiomi y Katy, con sus debates y comentarios sobre la saga que se convirtio en el amor de mi vida. Los post son tan fascinantes que me quedo horas pensando el la respuesta para ellos...

- Otro blog es el de Lore,"Cielo Tormentoso",que con su inspiración me entretiene con su historia y que tiene mucho talento =D y que me gustaría conocer más   .

- Y por último, un blog especial que gracias a él, tengo algún chusmerio interesante para contar en el colegio a algunos amigos interesados en la música y por hacerme reír y aprender de las estupideces que hacen algunos idolos míos de la musica...  "Las Anectodas Más Absurdas del Rock" (lo recomiendo, para mis colegas rockeros /=D)


Gracias gracias graaaacias por los premios y gracias por incluirme en esta comunidad
de personas que se expresan por medio de la escritura y que amamos los libros =D
Y les mando besos y muchisima suerte y felicitaciones ^_^


p. s.: hicimos la danza de la lluvia y esta lloviendo mucho !
 

martes, 27 de enero de 2009

Mujeres de Arena

Parte 3

15 de Abril de 1821
-Londres-


El húmedo clima de Londres entraba por la nariz de Evelina Merton, de 16 años de edad. Estaba nublado; la última vez que había sido un día soleado, según la buena memoria de Evelina, fue el primero de abril. Si, ese día había comido un poco de jamón que había encontrado tirado en el césped de un parque de Picadilly Circus.
El centro, dónde se concentraban las mujeres de la aristocracia y los hombres de negocios, era donde estaban las oportunidades. Había dejado de mendigar hace tiempo… Cuando descubrió que meter las manos en bolsillos de un despistado dejaba más ganancias y daba más posibilidades de seguir sobreviviendo…
A su madre, Adalia, no le hubiera gustado que robara pero ¿desde cuando robar estaba mal? ¿No estaba mal también que un hombre, soldado de la Armada, la hubiera violado y luego asesinado? Si, por supuesto que ambas cosas estaban mal, pero no sentía culpa, no desde que tenía nueve años. Ese mismo día se cumplirían once años desde la muerte de su madre... Y ese mismo día era su cumpleaños.
Y el clima de la ciudad, junto con la realidad se le habían impregnado en los huesos y habían calado en su corazón y en el centro de su alma, convirtiéndola en un ser desconfiado y astuto. Siempre sobreviviendo… Dejando a un lado sus pensamientos observó salir del banco central a un hombre muy buen vestido que se dirigía a un carruaje de cuatro caballos. Ese hombre debía tener mucho dinero. Era alto, corpulento y su espesa barba tapaba la mitad de su cara. Parecía un hombre de cuarenta, como mucho, calculó ella. Era imponente y podría romperle el cuello a Evelina sin dificultad pero a ella no le importaba. Tenía demasiada hambre y no había podido ganar algo en un tiempo…
Percibió la cena de esa noche y el almuerzo del día siguiente cuando el hombre guardó en su chaqueta un reloj de oro. Dispuesta a robarle el objeto simuló una ceguera y se chocó con el hombre. Un rápido movimiento y el reloj brillaba en su mano pero algo había salido mal. Otra mano que no era suya le tomó el brazo con mucha fuerza.

“¡Maldita ladronzuela!” susurró el hombre “¡¿Pretendías robarme?! Pues te equivocaste de hombre, mocosa. Verás cómo te castigaré…” Y el hombre la empujó dentro del carruaje, el cual comenzó a avanzar ante una señal del corpulento hombre al cochero. Aterrada, pero sin perder la compostura y comenzar a gritar, Evelina trató de zafarse pero el hombre la retenía por los brazos.

Sólo Dios sabía que le iba a hacer ese hombre. No estaba dispuesta a pedir misericordia, era demasiado orgullosa para eso.
“Ah, muy bien, mocosa… Dime: ¿Cuántos años tienes? Pareces muy crecidita pero no lo suficiente, niña.” Dijo el hombre. Evelina creyó escuchar mal porque sus palabras se habían dulcificado. Le hablaba como un padre le hablaba a su hija. Estaba claro que ese hombre era un degenerado y que pretendía cosas de ella que no estaba dispuesta a darle. Corroboró otra vez si era posible un escape pero el hombre, como si estuviera leyendo sus pensamientos le bloqueó la puertita del coche con un brazo y movió la cabeza en señal de negación pero con una extraña sonrisa. Evelina estaba en líos… Y en unos muy grandes.

“¿Eres sorda o qué? Te hice una pregunta” le dijo dándole toquecitos bruscos en la cabeza a la niña.
“No soy sorda”
“¡BIEN! Contéstame”
“Tengo 16 años”
“¡Oh! Eres bastante crecidita, como lo supuse. Toda una ratita de la calle… Asé que… ¿te ganas el pan robando?”
“Si”
“Ladronzuela. Me pregunto si eres más astuta o sólo haces estos pequeños robos para pagarte cada cena. Espero que tu intento conmigo haya fallado sólo porque yo soy muy listo, no quiero pensar que haces estas estupideces para ganarte la vida y que además no salen bien…”
“Estoy sin hogar desde que tenía cinco años”
“¿Y robas chucherías desde entonces?”
“Desde los nueve”
“Toda una trayectoria… Mira: yo puedo ayudarte. Yo puedo hacer que no pases más hambre…”
“No me acostaré con usted” dijo Evelina adivinando la propuesta pero el hombre se carcajeó tanto que le salieron lágrimas.
“¿Piensas que eso pretendo? ¿Acostarme contigo? Jaja, ¡tonta! ¿Para qué querría acostarme con una flacucha e inexperta niña de 16 años cuando tengo un harten de prostitutas que saben como hacer esa clase de trabajos? No, no. Niña boba… Quiero que seas mi aprendiz: ten enseñaré las artes de la estafa, tretas, artimañas, trucos, todo. Si, soy ladrón, también. Percibo eres sagaz y un don en ti. Si has sobrevivido tanto tiempo así debes ser buena en eso, sólo que no sirve conmigo. Yo puedo ayudarte, pequeñuela…”
Evelina desconfiaba. Era extraña esa propuesta. ¿Un ladrón buscando aprendiz? ¿Para qué?

“¿Y qué ganaría usted?” preguntó ella. Eso hizo reía al hombre. Quizás estaba ebrio.
“Desconfiada… entiendo. No todos los días recibes propuestas así ¿verdad? Te diré la razón: soy estéril. ¡Si y no te rías!” gritó cuando ella comenzaba a fruncir la boca para contener las risas. “No soy capaz de tener un hijo propio, un heredero a quien otorgarle mis conocimientos y mis bienes cuando ya no camine por esta tierra mugrienta y no puedo dejárselo a cualquier rata caza-fortunas. Te enseñaré lo que sé -que es mucho- y si das buenos resultados y respondes correctamente, te nombraré mi heredera. Además, nunca se sabe cuando mis enemigos podrían acabar conmigo, no digo que sea fácil, pero siempre hay posibilidades de morir por un disparo. Y que mis enemigos se queden con mis riquezas… JAMÁS”
“¿No tiene un socio?” inquirió Evelina.
“No, no tengo. Te lo digo muchachita: tiene algo especial, algo que no veo con los hombres con los que trabajo. Escúchame: te adoptaré como hija; no pasarás hambre y no temas que te viole por las noches… me gustan jóvenes pero no tanto. Lo juro por mi difunta madre…”
Evelina pensó que aquel lascivo hombre decía la verdad. También pensaba que había tomado una cantidad considerable de licor como para proponerle a una huérfana callejera y sucia una proposición de tal índole pero pensó que podría sacarle cierto provecho a la situación. Se imaginó como una gran ladrona, el terror de todos los seres humanos, poderosa, con riquezas incontables y un gran barco pirata. No tenía nada que perder…

“¿Qué dices, piojito?” le preguntó el hombre.
“Acepto” dijo Evelina, extendiendo la mano.
“¡Amén, Reverenda!” dijo el hombre sorprendido por la fuerza con que Evelina apretaba su mano. Iba a caerle bien esa niña. Ya le había surtido efecto su encanto.
“Por cierto… ¿Cómo te llamas?” preguntó el hombre.
“Evelina… Merton. ¿Y usted?”
“Richard Berry, a tus órdenes Evelina Merton”

lunes, 26 de enero de 2009

Viento

Parte 11: Vestigios de Afecto


De repente, se pegó mentalmente: ¿Qué importaba si ella se sentía atraída por él? Klauss parecía ser buena persona, el tipo de compañía que Sibila necesitaba, sólo que ella no sabía que lo necesitaba, no aún… Sólo Iris sabía que su hermana había pasado por muchas cosas, eso explicaba su personalidad cerrada y fría y tal vez Klauss podría hacer que se abra al mundo dado que parecía que nadie podía hacerlo, ni siquiera ella. Tal vez el podría derretir el hielo de su corazón. “¿Pero qué hay de mí?” preguntó la voz de su conciencia. “¡Pues, nada!” respondió. Lo quería, le interesaba pero Sibila lo necesitaba más, aunque ella aún no lo supiera.
“Solo… disfrutaré… de su compañía” pensó sonriéndole a su amigo ocultando algo que le molestaba… pena.



Era el último día de Klauss en el hospital. Finalmente…
Klauss estaba tan ansioso por irse que incluso había considerado fugarse por la ventana. Tonta política de tres días… Pero pronto terminaría esa agonía de no ver a Sibila y luego tendría todo el tiempo del mundo para poder conquistarla. ¡Pero los minutos se hacían horas!
Era tan frustrante tener tiempo de sobra como para pensar en la ansiedad de salir de ese maldito hospital.
Estaba sufriendo a solas cuando llegó Sibila. Se alzaba imponente y seria frente a su cama sosteniendo una bandeja de comida en sus manos. Klauss pensó que se veía como una estatua de alguna diosa griega esculpida en mármol. La mujer era una fortaleza y al verla se recordó que si iba a ganar su corazón tendría que esforzarse al máximo. No había resultado así con otras mujeres: cuando se lo proponía era prácticamente irresistible en la que al cortejo de mujeres se refería ya sea para una noche o para toda la vida. No es que el quisiera una compañera de vida todos los días, es más: nunca quiso una. ¿Pretendía eso de Sibila? Era muy claro que estaba encandilado por su belleza pero ¿era para tanto?
“Le traje su desayuno, señor Queradim”
“Muchas gracias, Sibila. En los hospitales malcrían a las personas: les traen la comida a la cama, razón por la que ni siquiera tendría que levantarme, pero doy paseos por la sala, para estirar las piernas. Estaba considerando quedarme para que me sigas consintiendo pero luego recordé que en tu mansión podríamos hacer otras cosas más interesantes…”
“No es MI mansión, señor, y no creo que hagamos algo que no sea cenar u almorzar en el mismo salón. Usted queda a cargo de Iris, su anfitriona, y el señor Woodred. Probablemente deje que haga actividades con ella pero como ya le dije, no confío en usted, por más amigable que parezca, y lo estaré vigilando” dijo Sibila sentándose en una silla cerca de la cama de su paciente.
“Tengo algunas cosas que decir acerca ese comentario: tendremos que transformar esa desconfianza en confianza ¿no crees? Confío en que me vigiles, Sibi, porque yo también te estaré vigilando. Me alegra mucho poder pasar tiempo con Iris, así la conocería mejor y entablaríamos una mejor amistad entre nosotros pero también me gustaría ganar tu amistad” dijo, enfatizando el “tu”
Ese comentario heló a Sibila. ¿Que quería decir ese hombre? ¿Qué pretendía? ¿La estaba… seduciendo?? ¡Qué atrevido! ¡Que insensato sinvergüenza!
“Señor, no tiene usted idea de la impresión negativa que me está dando. No quiero pensar que usted está tratando de seducirme. Espero que esa no sea su intención y si lo es no obtendrá el resultado que desea obtener. No se que tipo de mujer piensa que soy ni con cuantas mujeres efectúa esos trucos de palabras ni quiero saberlo pero no logrará su objetivo, lo juro” dijo, enfurecida y dispuesta a retirarse de la habitación.
Klauss se pegó mentalmente. Conocía el tipo de personalidad que tenía Sibila, sabía que hablaba enserio y que con todas sus fuerzas frenaría cualquier avance que él hiciera.
Había sido impulsivo, atrevido y le había faltado al respeto. Ella tenía una mala impresión sobre él y seguramente las palabras “peligroso”, “mujeriego” o “libertino” estaban resonando en la mente de la muchacha. Klauss no era nada de eso: estuvo con algunas mujeres pero eso no lo hacía mujeriego, no era suficiente como para entrar en esa clasificación. El quería demostrarlo que era un buen hombre y que no pretendía lastimarla o molestarla y demostrarlo le llevaría tiempo. Tendría que empezar desde cero y estaba dispuesto totalmente a hacerlo.
¿Qué otra cosa podía hacer frente a esa beldad que era Sibila?
“Perdóneme…” dijo Klauss solemnemente, bajando la cabeza y utilizando el lenguaje formal.
Sibila se detuvo en seco y giró la cabeza. Se asombró por ese cambio y se alivió que, por lo menos, había ubicado a ese hombre pero inmediatamente se irritó al conocer ese lado formal y tan extraño de el. . El… tenía cierto encanto infantil y sintió que sin esa camaradería suya, ese encanto se perdería. Incluso se veía… más confiable con s tono casual y desenfadado. Tenía que reconocerlo…
“Le perdono” dijo Sibila mirando sus ojos ausentes y culpables” Puede llamarme Sibila si quiere y… no es necesario que me hable formalmente…” dijo ella bajando la voz como si sintiera vergüenza.
Klauss alzó las cejas, incrédulo. Sibila le había permitido darle la libertad de llamarla por su nombre y hablarle informalmente. ¿Siempre era así de indecisa?, se preguntó. No comprendió el porqué de su cambio.
Pero quería hacer eso bien y no iba a sobrepasarse. No quería hacerlo. Quería que ella se acostumbrara a él, que ella lo acepte y acercarse a ella poco a poco…
“Gracias por su amabilidad, señorita Woodred pero no deseo incomodarla con mi tono. Se que le molesta. Lamento ser tan atrevido con usted y perdóneme por faltarle el respeto desde que la conocí pero sepa que no era mi intención seducirla” A veces era tan bruto con las mujeres que se había olvidado por completo que Sibila era como una flor muy delicada, ingenua, inexperta y bien educada con ayuda del cariño y la paciencia.
Sibila comenzó a replantearse la impresión que tenía de él. Ese lado suyo, lleno de respeto y educación, con arrepentimiento y terroríficamente serio para ser él era tan diferente… Increíblemente le hizo sentir cariño.
“No, lo digo enserio. M-me gustaría que me llame… Sibila”
“Si así lo quiere… Sibila” dijo Klauss sonriéndole, sin dejar de lado cierta formalidad.
Ella tuvo miedo al ver que esa sonrisa afectuosa iba dirigida a ella y antes de inquietarse, decidió salir del cuarto.
“Hoy es su ultimo día aquí… Supongo que estará ansioso por irse”
“Lo estoy” dijo Klauss con otra sonrisa.
Sibila sintió otro cosquilleo. No era posible que cada vez que el hombre sonreía sentía cosquilleos extraños en su cuerpo.
“Bueno… disfrute su último desayuno, entonces.” Y al decir eso se fue…
Estaba aturdida. No comprendía porqué le había pedido más informalidad. Tampoco podía explicar los cosquilleos. Había cedido a lo que Klauss quería que cediera. Definitivamente era peligroso… ¿no? Quizás no. El no había hecho nada de malo -salvo, faltarle al respeto, claro- Pero él se había disculpado con ella y de forma notablemente educada. Era buen hombre, después de todo. Tal vez Iris estaba en lo cierto y era una buena persona. No sería malo que ella lo quisiera, entonces y él a ella. De alguna forma, ambos encajaban perfectamente: eran de personalidades abiertas, extrovertidas, informales y alegres. Dos espíritus libres. Definitivamente hacían buena pareja. Sería bueno ayudar a florecer esa relación, discretamente, pensó ella…

domingo, 25 de enero de 2009

Mujeres de Arena

Parte 2

15 de Abril de 1810
-Londres-


“¡Feliz cumpleaños Ivy!” dijo Adalia Merton sosteniendo una muñeca de porcelana frente a su hija de cinco años.
“¡Mami! ¡Gracias! Es perfecta, es la más hermosa de todas las muñecas” dijo Evelina abrazando a su nueva muñeca y dando vueltas alrededor de su madre.
“Eso no es verdad. Tú eres la muñeca más hermosa” dijo su madre dándole un beso en la frente. “Deberíamos ponerle un nombre ¿no crees?”
“Si, si. Fátima. Me gusta Fátima”
“Muy bonito. Ahora: trae a Fátima a la mesa para almorzar. Como hoy es tu cumpleaños y hay que celebrar, compré carne de cerdo”
“¡Que rico, gracias mami, te quiero! ¡Este es el mejor de todos los cumpleaños!”
“Me alegra mucho hija…” dijo Adalia.
No lamentó en lo absoluto gastar sus ahorros para comprarle la muñeca que su hija llevaba en brazos y haber conseguido la carne por otros medios no tan dignos… El carnicero le ofreció esa solución para pagarla y al ver la cara de felicidad de su hija, definitivamente no había nada que lamentar…
La felicidad y el clima risueño se detuvieron de golpe al escuchar un estruendo.
Adalia tomó a su hija detrás de ella y se asomó a la ventana. Un edificio frente a su casa estaba destruido por completo. Adalia agarró fuertemente a su hija de su brazo y la arrastró fuera de la casa, por la puerta trasera y la escondió en un cobertizo.
“Quédate aquí y por nada del mundo te muevas de aquí. Te amo, hija” dijo la madre abrazando a su hija que había comenzado a sollozar.
“Mami…”gimió y la mujer cerró la puerta del cobertizo. En el camino se encontró con un hombre con el uniforma de la armada. Aliviada, se dirigió a él.
“Señor, ¿qué ha ocurrido? Parece como si un cañonazo hubiera destruido la casa de enfrente ¿son piratas?” preguntó, pero el hombre no le contestaba. La miraba de arriba abajo, hasta que finalmente dijo: “Oh!, si, son piratas pero no se preocupe señorita, no dejaré que le hagan daño. Usted es muy hermosa, ¿sabía eso?” Se acercó un paso y esbozó una sonrisa maléfica. Cuando Adalia percibió el peligro ya era demasiado tarde. Intentó correr pero el soldado la atrapó por detrás, tomándola de la cintura y comenzó a desabrochar sus calzas mientras ella forcejeaba y gritaba pidiendo socorro, tratando de escapar pero sin éxito.
“¿Sabe? Es mejor que lo haga yo y no los piratas, ¿no le parece?”
Los gritos eran casi tan fuertes como los estruendos de las balas destruyendo la piedra de las casas.
“¡Por favor, déjeme ir!”
Pero no fueron suficientes para salvar a la pobre Adalia de ese momento. El hombre susurraba groserías y la manoseaba.
“Eres muy hermosa… Y yo que pensaba que mi esposa era bonita… Ni siquiera se compara contigo”
Finalmente, el cruel hombre la apuñaló. Adalia gritó y cayó al sucio suelo de la calle. El hombre rió y desapareció.
Evelina, que había salido del cobertizo al escuchar los alaridos desesperados de su madre, había presenciado todo…

viernes, 23 de enero de 2009

Mujeres de Arena

15 de Abril de 1805
-Londres-

Nace en un barrio precario de Londres una niña. Su llanto se podía escuchar escurriéndose por las calles como un eco. Los mendigos y esclavos levantaban las cabezas ante el curioso sonido. Los niños sucios de las calles adoquinadas y brumosas se agolpaban en la ventana de la casa para ver a la recién nacida que se quería hacer notar, tanto en Londres como en Inglaterra y el mundo con sus gritos estridentes y enfadados por sacarla de la oscuridad del vientre materno.
La madre, afortunadamente sobrevivió al parto, razón por la cual, despidieron al cura. No era la hora de la muerte para esa madre tan valiente. No era el tiempo de partida para Adalia Merton, no ahora que entraba alguien tan importante en su vida y que la necesitaba.
“Tiene los pulmones muy pequeños para semejantes gritos, Adi.” Le dijo el doctor a lo que Adalia le respondió con un mitad-llanto, mitad-risa ahogados. Ese era el día más feliz de su vida y no encontraba palabras para expresar su felicidad.
“Y aquí tienes a tu hija” le dijo entregándole a la pequeña bendición envuelta en paños.
“Mi pequeña hija…” dijo Adelina, dejando escapar las lágrimas reprimidas.
“¿Has pensado en un nombre para darle?” le preguntó la enfermera limpiándose la transpiración de la frente.
“Si… se llamará… Evelina”

lunes, 12 de enero de 2009

"Desde el Cielo" IV

Observé a Margaret  dormir, viendo como se formaba una sonrisa en su boca a causa del sueño placentero que estaba teniendo, definitivamente la habilidad de hacer causar sueños placenteros a los humanos era y es una de mis favoritas…

Al cavo de unos minutos, sentí que me llamaban: ese sistema es más o menos como si una alarma se activara en nuestras mentes, y para responder al llamado, esta alarma se asegura de permanecer alerta a tal punto que no podemos ignorarla. Era Tomás, que quería hablar conmigo. Pensé que quizás podría haber una esperanza para mí. Que podría transformarme en humano y estar con Margaret…

 

-Hola Pietro- dijo Tomás que tenía una expresión de hielo que yo odiaba porque no había forma de saber si eran buenas o malas las noticias que traía.

-Bueno, hola Tomás, ¿sabes? Odio esa expresión tuya-

-Jaja, lo sé. Sólo para fastidiarte amigo mío.- dijo frunciendo su cara, haciendo una mueca que denotaba burla.

-Aha, bien. ¿Tienes alguna noticia o algo que me gustaría saber?-

-Hablé con algunas autoridades de los rangos más altos que pude localizar…- Tomás se detuvo.

-¿Y…?- pregunté con impaciencia.

-No saben nada-suspiró el.

-¡Demo…!- exclamé frustrado.

-¡Shh, no digas eso!- me interrumpió antes de pronunciar una de las palabras prohibidas-Pero no te deprimas, quizás deberíamos hablar con los antiguos.- sugirió Tomás.

-Claro, porque los arcángeles tienen mucho tiempo y de sobra para hablar con un Cuidador de Almas que quiere nada menos que volver a ser humano.-

-No me gusta tu sarcasmo Pietro, además, si quedara algún rastro de cierta neurona dentro de esa nube de polvo y luz a la que yo llamo “cabeza de Pietro” pensarías que es la naturaleza de tu petición la que te puede llevar hasta Gabriel mismo.- dijo Tomás con seriedad cruzando los brazos en su pecho.

-Tomás, eres un genio, podría besarte…-

-¡NO TE ATREVERÍAS!-

-…si no me diera repulsión hacerlo.-

-¡Ja! Discúlpame por no ser tu amada “chica misteriosa que cruzó la calle mágicamente”, supongo que preferirías besarla a ella.-

-¡Exactamente!- dije con una sonrisa enorme en la cara.   

-Esa mueca me asusta, pero en fin, eres bastante feo, no dudo que ella también se asustará cuando te vea- dijo con esa expresión seria que me hacía reír, muy diferente a su expresión de hielo anterior.

-¡Tonto! Era la envidia en la escuela.- alardeé.

-Si, claro. Escucha, lo que hay que hacer es hablar con los secretarios de la Corte, exponer tu petición y solicitar una audiencia con Gabriel.-

-¿Crees que puedan convertirme?- dije con un deje de preocupación-

-Querido Pietro, estás en el Reino de Los Cielos, nada, NADA es imposible aquí…- hizo una pausa – Yo puedo pedir la reunión, no hay duda de que se reirán de mí cuando pidamos humildemente hablar con Gabriel pero…-

-¡¡Gracias Tomás!! Te abrasaría…-

-Si, si pero no lo harás porque me pongo sensible, además lo nuestro no podría funcionar.-

Estallé a carcajadas. Tomás siempre tenía ese no se qué y esa capacidad de hacerme reír que nadie más tenía (quizás porqué nunca estuvo en la tierra), además de que en las alturas la risa es casi tan común como para un humano lo es respirar.

-También… Es aproximadamente palpable tu deseo de estar con la muchachita así que te sugiero que vallas y con ella- sugirió mi amigo.

-Oh, si, claro, gracias amigo, de veras, gracias…-

-¡Hey!, no todos los días mi mejor amigo se enamora de una humanita de Miami, por más raro que sea eso…- y riendo se fue.

Realmente no hay amigos como él. Es de una cosecha única y le estaré eternamente agradecido.

Me quedé solo, flotando en el aire entre los rascacielos. Recordé a mi querida Margaret y fui a su encuentro.        

 

jueves, 8 de enero de 2009

"I Say Goodbye to all My Sorrow and by Tomorrow I'll be on My Way..."

Empezó el 2009, si señor... Resumiendo, comencé el 2009 perfectamente empezando por la misma noche de año nuevo. Mensajes de textos por aquí y por allá, familiares y mucha, mucha, mucha comida (me sorprende que mis tíos y mis primos no salieran rodando de mi casa).  Con los respectivos petardos o bombas de estruendo que parecía Berlín… Y la cumbia de mis vecinos hasta Dios sabe que horas… 

¿Qué piensan que hice el 1 de Enero? Por supuesto que insistí en mi casa hasta poder ir si o si hasta a el cine más cercano para ver mi adorada Crepúsculo. Si. Y como tengo muchos problemas de fanatismo y tomo a Robert Pattinson como una divinidad, la fui a ver tres veces (y contando). En ese aspecto mi año nuevo resultó muy satisfactorio.

En estos días estuve en la tranquilidad de mi casa despierta hasta horas inadecuadas y despertándome a horas igual de impropias… Escuchando el soundtrack de cierta película cuando el silencio no me gusta. Escribiendo y preparando las próximas partes de los cuentos, leyendo mangas, pintando y leyendo mucho.

Algo inusual que entablé a pensar este año fue un pensamiento. Muy extraño. Verán este año, comienzo a estudiar en un colegio nuevo porque me cambié, de alguna forma, adoro los cambios, y de vez en cuando necesito alguno. Son aventuras, es la incertidumbre y la ansiedad con respecto a un nuevo ambiente y este colegio es la clave de esta extraña corazonada de que este año será uno de los mejores de mi vida. Pienso que es un “empezar de nuevo”, conocer gente nueva, aflojar un poco la exigencia de la institución por otra menos severa, y quién sabe, si me conceden esa bendición, alguien especial que pueda y quiera sacarme los pesares del pasado para un futuro mejor…

“Tal vez me desilusione”, algunos me dice, pero esta corazonada es demasiado fuerte y yo misma me aseguraré de que no sea así, me aseguraré de que va a ser uno de los mejores años de mi vida y obtendré una paz y felicidad optimas.

Es tanta mi ansiedad que casi, CASI quiero empezar el colegio (pero CASI).

En fin, lo que digo es que este año será mejor que el anterior y de verdad que uno de los mejores. Este cambio es la clave. Es la corazonada que me dice que lo mejor de mi vida está por empezar…