viernes, 19 de diciembre de 2008

Viento

Parte 10: La Nueva Obsesión de Iris.

 ¡Dios que hombre tan impertinente! Tendría que vigilarlo día y noche, pues no confiaba en el. Un hombre que trata informalmente a una joven que recien la conoce y que en este caso es su enfermera estaba fuera de las reglas básicas de educación. Pero… por otro lado… nadie la había tratada de esa manera tan inusual: la mayoría de los hombres con los que convivía la trataban con respeto y formalidad, incluso algunos demostraban cierto temor. Este hombre… no le tenía miedo en lo absoluto: era suelto, alegre y ¿seductor? ¡No!, seguramente tenía malas intenciones. Y había dicho que su nombre era hermoso… Ese había sido el primer cumplido de su vida.

Sibila estaba en medio de su reflexión cuando el doctor Lousett la solicitó. “Concéntrate en el plan: vigílalo” se dijo así misma… 



Iris se paró frente a un espejo del hospital. Se alisó el vestido y controló que su pelo estuviera presentable. ¿Por qué se obsesionaba tanto con su apariencia? Justo cuando pensaba en responderse esa pregunta Jane apareció en la puerta del cuarto con la respuesta:

 

-¡Vamos Iris, apresúrate, Klauss nos está esperando!-

-¡Apresúrate Iris!- susurraron Lizzy y Carmen que también querían verlo.

 

Esa era la razón: Klauss. La charla con Jane fue el empujón necesario como para sentirse atraída hacía el. Eso algo nuevo para ella y notó que quería impresionarlo.

El ocupaba todos sus pensamientos y eso le recordó que había conocido a Sibila esa mañana, lo que la hizo entrar en pánico. “¿Cómo lo habrá tratado?”, se preguntó. Deseó con todas sus fuerzas que Sibila lo haya tratado bien, aunque ella le aseguró que lo trataría como a un paciente más. Eso estaba bien, además, se harían amigos con el tiempo ya que el se alojaría en la mansión. Pero ella había desaprobado ese hecho…

Empujando todos sus pensamientos decidió reunirse con sus compañeras y dirigirse a la habitación de Klauss para aclarar algunas dudas y para verlo, por supuesto.

 

El mismo estaba convirtiéndose en un vegetal por el aburrimiento. Había tan poco para hacer. No, en realidad no había nada para hacer. En esos momentos se dedicaba a pensar en Sibila, la hermosa muchacha que había conocido esa mañana. ¡Oh, Dios! Sibila… Que hermosa resultó ser. “¿Sería así de hermosa su personalidad también?”, se preguntó.

Lo que puedo sacar de su personalidad fue que era una mujer seria que no mezclaba su trabajo con su vida personal. Lo bueno de ese aspecto era que el dejaría de ser parte de su trabajo y pasaría a ser de su vida personal porque convivirían bajo el mismo techo. Junto con… muchísimas otras niñas.

En medio de su cavilación lo abordó una masa de señoritas, compuesta por Carmen, Elizabeth, Jane e Iris.

 

Iris encontró a Klauss observando hacia el exterior de su ventana con un extraño brillo en los ojos que supuso ella que sería por querer abandonar el hospital.

 

-¡Señoritas! Que alegría verlas- dijo con una sonrisa pero aún estando ausente.

-¡Nosotras también estamos felices de verte, Klauss!- dijeron Carmensita, Lizzy y Jane. Iris sólo esbozó una sonrisa amigable y tímida, inusual en ella. -¿Cómo está tu pierna?- preguntó Elizabeth.

-¡Estupendamente!, no me duele- dijo él, mirando su pierna mala.

-Klauss, te traje algo para que no te aburras- dijo Carmen que sostenía una pequeña valija. Sacó de ella un pincel fina, una carpeta de hojas lisas y una caja de acuarelas.-No sé si sabes dibujar, pero te aseguro que no te aburrirás. Por lo menos a mí no me aburre…- dijo ella con una sonrisita.

-Oh, muchísimas gracias Carmensita, querida.-dijo su amigo mientras dejaba las pinturas y los utensilios sobre la mesa y los contemplaba. -¿Sabes? Yo aprendí a dibujar pero regalé mis pinturas a un amigo. Es una de las cosas que más disfruto hacer.-

Los ojos de Carmen se encendieron.- ¡¿Enserio?! ¡Entonces cuando vengas a la mansión tendré preparado el cuarto de dibujo!-

 

Luego de unos elogios y saludos Lizzy tomó la mano de Jane y la de Carmen y las tres dijeron:

-Emmm, Klauss, debemos irnos ahora, nos alegra haberte visitado, mucha suerte en estos días…- y se fueron. Jane le dio una última mirada confidencial a Iris.

 

Iris vaciló. No sabía que decirle pero pensó que ser amigable sería una buena forma para empezar.

 

-Hola Klauss- dijo con una sonrisa cariñosa.

-Hola, Iris, ¡no te quedes ahí parada, siéntate, por favor!-

 

Iris se sentó y recibió la sonrisa más tierna que Klauss haya podido darle nunca. Se le incendió el corazón, el cual empezó a galopar.

-¿Cómo estas?- le preguntó, dándose cuenta del silencio.

-Emmm… bien. Genial, estoy ansioso por salir de aquí- le respondió con una risa.

-¿Conociste a Sibila?-

-¡Sibila!- dijo el alzando un poco la voz y se le enrojecieron las mejillas.

“Extraña reacción”, pensó Iris. “¡Eso significaba que lo había tratado mal! ¡Oh, no!”, pensó.

-¡¿Te ha tratado mal?!- se alarmó ella.

-¡No, no! Me trató… bien. Es muy buena pero dime… ¿Siempre es tan cerrada?-

-Jaja, es sólo que no quiere mezclar el trabajo con su vida personal-

-¡Como lo supuse! ¿Sabes? Hicimos un trato: ella me trataría de “usted” y yo la trataría a ella de “Sibila” porque dice que soy un paciente y que debe tratarme como tal pero yo pienso que “Sibila” es un nombre muy bonito como para no nombrarlo ¿no crees? Además. Creo que tarde o temprano me llamará por mi nombre porque iré a la mansión y…-

Klauss no paraba de parlotear. Iris le sonreía pero… no paraba de hablar de Sibila. Algo que no comprendía estaba saliendo a la superficie de su mente.

-Y Sibila es muy hermosa, como Jane y tú habían dicho…-

Y allí lo entendió todo: le gustaba Sibila. ¡Oh Dios! Pero… Por supuesto que le gustaba; Sibila era bellísima, ella misma se lo había asegurado a Klauss. Comprendió que  se había esperanzado con el afecto de él que se había desvanecido desde el momento en que Sibila había pisado su cuarto. Pero, podía volver a ganar su cariño ¿no? Quizás, pero con la competencia que era Sibila… “¿¡Competencia!?”, pensó. ¡¿Llamaba a su hermana, a su amiga de toda la vida “competencia”?! y ‘¿¡ Y Klauss era el premio!? No, no, no…

Quizás él volvería a quererla si él la conocía mejor y tenía todo el tiempo que durara su estadía para que el la conociera, dado que su estadía era indefinida.

-¿Sabes, Iris? Ella no confía en mí…-

-¿Enserio?- y este hecho podía ser una ventaja porque Sibila lo evitaría.

 

De repente, se pegó mentalmente: ¿Qué importaba si ella se sentía atraída por él? Klauss parecía ser buena persona, el tipo de compañía que Sibila necesitaba, sólo que ella no sabía que lo necesitaba, no aún… Sólo Iris sabía que su hermana había pasado por muchas cosas, eso explicaba su personalidad cerrada y fría y tal vez Klauss podría hacer que se abra al mundo dado que parecía que nadie podía hacerlo, ni siquiera ella. Tal vez el podría derretir el hielo de su corazón. “¿Pero qué hay de mí?” preguntó la voz de su conciencia. “¡Pues, nada!” respondió. Lo quería, le interesaba pero Sibila lo necesitaba más, aunque ella aún no lo supiera.

“Solo… disfrutaré… de su compañía” pensó sonriéndole a su amigo ocultando algo que le molestaba… pena.       

 

3 comentarios:

kaho dijo...

Tan bonita Iris *-*

Bueno, me alegra saber que Klauss esta interesado solo en una, ya m estaba empezando a asustar...

Anónimo dijo...

Iris es una muy buena amiga ^^

Escasean personas como ella en el mundo o al menos yo no conozco casi a nadie así (:

Espero que Sibila "abra su corazón" a Klauss...

Nay Tiyi dijo...

Snif Snif Snif =(

Al menos el esta interesado solo en una, pero Iris es tan fiel y Sibila ni lo sabe.
Esperemos que su desconfianza no cague las cosas con Klauss (nico ^^)

Gracias por todo Iris!!

Ah, ten pro seguro que ya mismo me pongo a bsucar el cap del manga... Pero me sorprende, haitualmente sale el 22 de cada mes.

¿No estas enamorada de Zero?

Un beso enorme!!

nay