miércoles, 22 de octubre de 2008

Esos tontos años...

Parte 6


Si, suicidarme era una idea tentadora y nueva. Nunca antes me había planteado una cosa así: como me inculcaron la religión católica tenía entendida que me “iría al infierno” si lo hacía y eso bastó para guardarme esa idea en un cajón mental.

Estaba cansada de todo el llanto y el dolor, imagínense… Pero a  veces, ocurrían cosas que me llenaban el alma de una forma incomparable. El hecho de que lo salude una vez, a duras penas quizás, y tocar su suave piel era un acontecimiento muy trascendente para mi, incluso tener la posibilidad de hablar con él por el Messenger y notar que la tensión entre nosotros se había reducido ya que me había propuesto ganarme su amistad utilizando las palabras más amigables y el lenguaje más coloquial e informal posible: gracias a él conseguí sacarle algunos “jaja” o algo por el estilo…

Teníamos tanto en común, o por lo menos, eso parecía… Nuestros gustos y posturas eran similares y eso me hacía feliz…

Aunque no dejaba de imaginarme con el en las noches de silencio y oscuridad mientras lloraba como era lo usual.

Dejando a un lado mi enamoramiento, capricho o lo que sea que eso fue, tenía hombros dónde llorar por todas partes: un grupo de amigos incondicionales que me protegía de todo el dolor diurno. Ellos fueron mi chaleco anti-balas que trataban de todas las formas posibles de contenerme en mis pequeños momentos de felicidad. Este grupo en particular,  estaba compuesto principalmente por cuatro personas, sin contar a mi hermana que también me ayudó muchísimo. Eran cuatro mujeres (una de ellas estaba aparte de las otras tres y estaba en el curso de mi hermana) y un hombre. Con este último, formé una amistad envidiable para cualquiera, realmente era parte de mi. Nuestra amistad era tan natural como inhalar o exhalar y se fortalecía con el paso de los días, sobretodo cuando salíamos con otras amigas a pasear o a hacer otro tipo de salidas… El, quizás llegó a ser el alma de todo mi círculo social, y quizás el más importante de mis amigos… En el medio de mi abatimiento el me consoló incontables de veces… Lo había conocido cuando ingresé al colegio en 7mo grado y llevábamos dos años de amistad. Rápidamente nos hicimos amigos. ..

Y así concluyó el primer año de la secundaria, sobreentendido esta que no la pasé muy bien, ni emocionalmente ni académicamente: seis materias a diciembre de las cuales dos me llevé luego a marzo.

Luego de los exámenes de diciembre, en Navidad me sentía de lo más nostálgica. Esa fecha era sinónimo de alegría y de reunión para mí y el dolor no fue del todo fuerte como para deprimirme pero sí para tener presente a mi amor, porque, irónicamente, cumplía en Navidad…  

Los meses de vacaciones fueron dulces y tranquilos, sin rastro alguno de dolor violento, sólo la clase de dolor que se siente cuando uno extraña a alguien. Lo curioso era que el dolor no venía todos los días, estaba siendo incumplidor y eso me llenó de esperanza porque de alguna forma, el cariño tan fogoso que tenía por Fran se estaba apagando, lo que también me indicó que fue un simple enamoramiento (era una simple atracción estética). En la noche, esperando a la Navidad, un mensaje de felices fiestas me llegó al celular: incondicional como siempre, era mi amigo. Dentro de todo llegué a darme cuenta de que esas salidas entre pares, entre amigos, esas salidas bajo el cálido sol del verano, las risas y las travesuras hacían que el padecimiento nocturno se ahogara. Aparte cada vez que me despedía de esta criatura tan especial, el que me prestaba su hombro para todo lo que necesitara (así como sus oídos) sentía un dolor diferente, me di cuenta de que quería volver a verlo y que no quería apartarme de su lado…

En nuestros paseos lo observaba, veía sus ojos, sus risas y sus bromas. Me divertía tanto con él que me olvidaba de todo lo malo, era como una cura para los males. Cuando me sonreía, curiosamente deseaba esa sonrisa, quería escuchar su voz, quería que me sonriera otra vez, quería que me tocara y quería tocarlo, quería abrazarlo y quería que el día fuera lo suficientemente largo como para que estemos juntos como estábamos para siempre…

Una noche, esperaba el dolor, como siempre: preparada, firme para frenar el golpe como quien se para en medio de una gran ventisca para que no sea arrastrado por ella. Las imágenes comenzaron a aflorar. Al principio, observaba a Fran pero… no era eso lo que mi mente quería. Entonces probé otra vez: Fran conmigo, pero tampoco resulto, luego me acordé de mi amigo, mi ángel guardián, me protector, mi “libra-pesares” y entonces las imágenes salieron disparas: el conmigo, el riendo conmigo, el caminando conmigo y resultó, eso era lo que mi cerebro estaba buscando, eso era lo que quería, eso era lo que deseaba. No quería a Fran conmigo, lo quería a EL conmigo. Y un brillo de esperanza y esplendor reinó como una gruesa capa sobre mi corazón y mi alma, la alegría era tan palpable que la podía abrazar. Quería cantar, quería bailar, quería tocarlo y abrazarlo. Entre todo ese silencio, entre toda esa alegría que sentía en mi interior, tuve una gran revelación: me había enamorado de él... 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

...hermoso!

es inevitable llegar a sentir algo fuerte con aquel que estuvo siempre ahí para sacarte una sonrisa o ser el cuantificador de tus lágrimas

en mi caso, bueno se puede decir que vivi una cosa parecida (de hecho la vivo) pero de cierta manera estoy censurada... por mi misma

"cosas de niños" :'(

me muero por saber como se continua tu historia!

suerte!
Kaho

pd. creo que he adquirido un lema... y m define taan bn q asusta =S

Anónimo dijo...

Me encantaaaa como escribis

Se esta poniendo lindo(espero u-u), algo bueno tiene que pasar, no?

._.

NO?

xD Re violenta...Em, bueno, espero que andes bien ^-^


Cuidate, besos

Nay Tiyi dijo...

Me encanto!
Debo admitir que enamorarse de un amigo es algo normal y cuando era más chica me sucedió una vez. Aunque utilizar la palabra "Amor" es mucho, lo empezé a querer de otro modo.
Ahora, con 18 años, tengo un mejor amigo que es como mi hermano. Es alguien escencial en mi vida, pero es solo eso.
Después de haberme enamorado de verdad (termino, y no bien) pude separar la amistad del amor con una barrera qe cada vez se hace más fuerte.
Porque valoro la amistad mas que a mi vida, porque ellos siempre estan conmigo ^^

Espero la siguiente parte

Un beso enorme!!!!

Nay =)

Anónimo dijo...

Hola Iris! Muchas gracias por comentar mi blog ^^ El manga por internet me aburre, no se porque. El único que me leí completamente fue Inuyasha.

Jejeje bienvenida a mi mundo! xD Yo tengo más de un amor del anime, y aunque Kaname sea educado y toda la cosa es demasiado malo con Zero ¬¬

¿Otro Volumen? Oh Dios...aquí en Colombia ni por asomo venden nada de eso, me toca ir a pleno centro a buscarlas T_T

Anónimo dijo...

De por sí yo todavía amo Inuyasha, es una etapa de mi infancia que no quiero olvidar xD