lunes, 14 de julio de 2008

1=2




Ahora estoy compenetrada en los libros, muy compenetrada, pero son novelas, historias o mangas de amor, puramente de amor. Es que, de alguna forma, no se porque pero no puedo vivir sin el, es tan indispensable para mi como el oxígeno, el agua o los skittles jaja. Realmente no puedo estar un día sin pensar en el amor. Apenas puedo imaginarme que se debe sentir interpretarlo, crearlo y que haya uno destinado para mi, cosa que todavía no es posible. En fin, creo que tengo un parecido con Florentino Ariza: ambos no podemos vivir sin el, y eso no esta bien... Como ya habrán leído, tengo convicciones muy profundas y muy fuertes con respecto al romance y al amor, para mí, es el compromiso, y la adoración (en muchos lugares dicen estas dos palabras cuando se refieren a este tema), es lo que me motiva, pero, de alguna forma, es enfermiso, es... demasiado. Y no es saludable.


Me enamore de esta forma tan fuerte sólo dos veces, una más intensa que la otra. Pero luego del segundo, entré en una retorcida confusión: no m había "curado" por completo del primero y por eso me duele pensar que podía ser posible que el segundo haya sido un intento desesperado por olvidar el primero, en fin, al final de todo, termine lastimandome dos veces seguidas y ahora ambos duelen. Mi situación me hace acordar a la de Bella Swan con la única diferencia de que sus dos amores la quieren y los míos no pero se parecen tanto que incluso físicamente se parecen.


Creo que en este momento es cuando, más que en ningún otro, tengo que confiar en el tiempo que está haciendo el trabajo muy bien, congelando mi corazón lentamente, aletargandolo, transformando mi calor y mi apasionada vida en un hielo silencioso y duro, no suena muy bien pero es solamente temporal, hasta que alguien más decida quemarla otra vez.


Por eso es que me volví adicta a ese dolor en el estómago tan reconfortante que sentía cuando me decían "te quiero". Ya nadie me hace sentir de esa forma. Esa sensación que tan fácilmente me hacían sentir... Y tan fue el impacto que tubo esta sensación en mí que la quería volver a sentir. Se sentía como el éxtasis. Me volví adicta a ella. Por lo que, para volver a sentirla, recurrí a los libros que supieron como hacer el mismo trabajo igual de bien.


Pero, siento que tengo que hacer una desición. Esta claro que no puedo vivir envenenada por dos personas y mi corazón no le corresponderá a los dos. Decidí que le dedicaría toda mi alma al segundo. Aunque quizás ya nunca más me vuelva a ver como a alguien a quien abrazar, solo me digo a mi misma que tengo que seguir tratando, pues como ya dije antes "otro día, otra nueva oportunidad"...

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